lunes, 6 de febrero de 2017

Presentación a Ntra. Sra. de la Esperanza de los niños bautizados en 2016

El pasado domingo 5 de febrero, en la Eucaristía de las 12,30 fueron presentados a la Virgen de la Esperanza 9 niños bautizados en la Parroquia en 2016.
En el domingo próximo a la celebración de la presentación del Niño en el Templo, en la Parroquia Padre Nuestro de Mendillorri-Ripagaina celebramos la presentación a Ntra. Sra. de la Esperanza de los niños que han sido bautizados el año anterior.
La celebración comenzó acogiendo a los niños y a sus familias a la llegada al templo. Los recibimos con la alegría de verlos de nuevo, dando un paso más en su vida cristiana.



Imposición con el ramo de olivo

Rogamos por ellos y por sus familias para que sigan firmes en su educación en la fe, al tiempo que fueron presentados a la Virgen de la Esperanza, imponiéndoles el sacerdote el signo de la esperanza con un ramo de olivo.



                    



Y al final, se les hizo entrega de una vela, símbolo de la Luz de Jesús, precisamente, este domingo en el que la Palabra nos invitaba a ser luz para otros y poner sal a la vida de todos.




Por último, con el objetivo de compartir unos momentos de unión, se ofreció un aperitivo a las familias, con la esperanza de que la Parroquia suponga para ellos un lugar de encuentro y referencia en todo momento.

sábado, 4 de febrero de 2017

Siria: cielo e infierno

El pasado domingo, 29 de enero, Livio Ledezma, sacerdote que ejerce actualmente en el Valle de Salazar, nos ofreció en la Parroquia una charla testimonio de su experiencia en un campo de refugiados en Siria.
Todos quedamos impresionados por la crueldad de todo lo que están viviendo en estos momentos los más de 180.000 refugiados que viven en un campo que estaba pensado para 60.000 personas. Hacinamiento, con las mínimas condiciones de vida higiénicas, sin apenas asistencia médica, violencia, tráfico de órganos, niños huérfanos, miedo constante, etc. Sin duda, un infierno.
Su trabajo como psicólogo clínico y sacerdote consistió en escuchar, en dar consuelo y en ayudar en todo lo que se podía; así hasta 13 horas diarias.
Sin embargo, según nos relató, el agradecimiento de los refugiados, una sonrisa, una esperanza que se depositaba en uno de ellos, la ayuda para salir del campo a aquellos que así lo pedían, le suponían la mejor recompensa posible; el cielo, visto desde los ojos de aquellos que lo han perdido todo y que se sienten reconfortados con tan solo un abrazo o una escucha afectiva, una paz interior.
Nos hizo reflexionar sobre la vida que llevamos aquí, sobre las comodidades que disfrutamos y, sobre todo, de lo olvidados que tenemos a todos aquellos hermanos que tanto están sufriendo las consecuencias de una guerra innecesaria, en la que ya nadie sabe quien es el enemigo y todo se ha convertido en una sinrazón.
Finalizó la charla con una invitación a escuchar unas canciones en las que se clama a la solidaridad con los desesperados.
Escuchando "Si bastasen un par de canciones"
de Eros Ramazzoti
Hora y media que nos parecieron minutos, en una experiencia que nos removió las conciencias a los que abarrotamos el salón parroquial.
Muchas gracias, Livio, por acercarnos a la realidad de la dureza de la guerra en Siria.