El 6 de enero celebramos todos los años la fiesta de la Epifanía, manifestación de Dios a los a todos los pueblos. Sus majestades los Reyes Magos nos acompañaron en su día. Entraron entre cantos y aplausos
Melchor deja un cofre con oro, así comparte con Jesús las
riquezas que posee.
Gaspar deja incienso, cuando se quema su aroma sube hacia el
cielo como cuando se hace una oración
Baltasar trae mirra, una resina que calma el dolor. Jesús de
mayor morirá en la cruz para quitar el dolor a las personas
Melchor: Recalcó que es más alegre dar que recibir, y compartir con los niños que no tienen da felicidad. Teniendo en cuenta que representa a Europa y somo europeos le da pena que esta tierra de justicia y libertad cierre las puertas a las miles de personas que quieren acercarse a la mesa de este continente. Le avergüenza la indiferencia ante la gente sin hogar, ante los muertos en las guerras.
Gaspar: Aquí saltamos de alegría porque no hay sequía ni inundaciones. Hay sanidad, no hay guerra, Dios quiera que no la conozcáis. Tenéis alimentos, educación, cultura. Algo de lo que carecen muchos niños en otras partes del mundo. ¿Dais gracias a Dios por todo? ¿Se lo agradecéis en misa los domingos? ¿Pedís a Dios un corazón sensible para trabajar por un mundo justo? ¿En qué se nota que seguís a Jesús?
Baltasar: Nos pedía juguetes y nosotros os pedimos a cambio puertas abiertas a los migrantes que vienen a Europa. Recibid a los que vienen desde el continente africano como nos recibís a nosotros. Traigo mirra, una sustancia amarga al paladar, tan amarga como el desprecio, olvido y abuso hacia los necesitados. Jesús también fue migrante. Pido a Jesús que sepáis acoger al extranjero, acogiéndolo se acoge a Jesús: acompañadlo, protegedlo, integrarlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario