Algunos repartimos la oración del Jubileo a las personas que entraban en la Seo pamplonica después de venir en procesión con los celebrantes y concelebrantes desde la mencionada plaza.
La nave central estaba llena de fieles, y en las naves laterales había bastantes de pie.
José Manuel como vicario celebró la misa.
Señaló en la homilía que al Jubileo se le ha puesto este nombre porque estamos en una sociedad sin esperanza. El miedo al entorno nos aboca a un mundo peor.
Cómo Jesús dio a entender como iba a ser su vida, su mensaje, su ejemplo. Cuando leyó el texto de Isaías en su pueblo, Nazaret, lo enmendó no leyendo la parte de un Dios vengador y violento, mago, una imagen errónea de Dios. Dios es un ser misericordioso, con un corazón grande y que está a tu lado, regalándote la vida para que la des.
Nos recordó que las acciones del Jubileo: visitar templos y lugares jubilares, sacramentos, orar por las intenciones del Papa: no acaban cumpliendo las actos externos, debe manifestarse en vivir la dimensión interior. Todos queremos más, como la canción, no nos conformamos con gotas de felicidad. Esa búsqueda incesante nos mueve hasta encontrarnos con Jesucristo, que puede colmar nuestra sed de felicidad.
El año jubilar es tiempo de gracia y perdón, así lo entendía el pueblo judío: perdonar deudas, dejar en barbecho las tierras. Deberíamos vivirlo como un periodo de perdón y reconciliación ampliando el foco. ¿Nos interesamos por situaciones contra la dignidad de todas las personas?
Es tiempo de conversión personal, comunitaria y social, de crecimiento en la vida cristiana, de perdonar recomponiendo las relaciones personales rotas en cualquier ámbito. Tiempo de tomar un nuevo estilo de vida de acuerdo al Evangelio.
Es una ocasión para una parada en la vida para orientarla dejándola en manos del Espíritu Santo y resolver el presente y orientar el futuro desde la Esperanza. Ante un panorama oscuro somos invitados a recibir la Esperanza Teologal, y redescubrir la Esperanza en los signos de los tiempos, convirtiéndonos en signos de esperanza para hermanos que viven excluidos, descartados, necesitados.
El Espíritu Santo me ha enviado a compartir esta noticia con los pobres. Socialmente no hay programas que los inserte, el año jubilar debe llevar la esperanza a presos, enfermos, jóvenes, victimas de trata, mayores, pobres, excluidos, pueblos empobrecidos.
Hay pocos motivos de Esperanza, pero el ser humano necesita Esperanza duradera, que dé sentido y ayude a vencer las dificultades. La gran Esperanza es una persona viva que comparte nuestra vida, nos ayuda, nos comprende para caminar: Jesucristo.
Respondamos al gozoso anuncio de Cristo evangelizando en todo momento y lugar. Comprometámonos a llevar la Buena Noticia a todos. Entonces sí trasformaremos al mundo creado y salvado por Dios.
Doy gracias a dios por la cadena de testigos por la que nos ha llegado su mensaje. Esta cadena es la Iglesia. Siendo eslabones comuniquemos la palabra, haciéndola visible con nuestro modo de vida.
¿Qué pasos voy a dar para vivir coherentemente este jubileo,
para llevar la Esperanza allí donde se ha perdido?
Que Santa María madre de la Esperanza nos ayude
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