martes, 25 de noviembre de 2014

Resumen charla "Libertad y autonomía en los adelescentes". Oscar Olmedo

El pasado jueves 20 de noviembre, escuchamos la interesante charla que, organizada por el equipo de Pastoral Familiar, nos ofreció Oscar Olmedo, médico, catequista de juventud y colaborador habitual de la Parroquia, en torno a la adolescencia. Podemos resumirla con el siguiente decálogo de ideas que expuso bajo su experiencia de padre de 4 hijos que ya han vivido y viven actualmente esta etapa de la vida.

1) Tiempo de cambios: físicos y psiquicos. Afianzamiento del "yo", drama de tener que ser "perfecto" y encajar, se avergüenzan de los padres, fruto de su propia inseguridad. No se vive nada intermedio: o al gozo máximo o al máximo sufrimiento.

2) Adolescencia no es equivalente a problemas. Los cambios son necesarios, pero no drásticos; son un proceso que conduce a la madurez. El adolescente necesita y agradece "normas", le da seguridad y sentimiento de pertenencia a la familia.

3) Necesidad de socialización. Es aquí donde se sienten valorados o rechazados, donde aprenden los gozos o dramas de la vida fuera de casa. A las cuestionadas preguntas de ¿dónde has estado? ¿con quién? que nos asaltan, debemos intentar responder desde la comunicación cordial eligiendo el momento que ellos decidan.

4) No se pueden perder nada. Deben estar siempre conectados (móvil, guasap...), buscar "su" grupo. En este momento debemos ayudarles a elegir (naturaleza, música, deporte, etc.) y no dejar de comprobar o saber quienes son sus amigos.

5) La rebelión contra la autoridad. ¡Sois los peores padres del mundo! Fruto de la búsqueda de su propio "yo". El rechazo a lo socialmente establecido, la búsqueda de lo auténtico bajo su propio tamiz (forma de vestir, de hablar). Al mismo tiempo, búsqueda de nuestras imperfecciones como padres. En este momento, diferenciamos entre las reglas necesarias o el arte de la negociación. ¡No discutir por todo! y mantener SIEMPRE la puerta abierta. Es su refugio, su seguridad a la hora de recular.

6) La lucha por la independencia. Necesidad de la autonomía: "mi cuarto", "mi música", mi "cueva", "mis amigos", "mi cuadrilla". La vida afuera hace que se sientan tan mayores fuera y tan niños dentro (añoran lo que van dejando atrás).

7) ¡Ya soy mayor! o los peligros de los que no tienen medida: Aun no tengo 18, pero hago lo mismo que ellos (fumar a escondidas, colarse en los bares, discotecas, botellón, fumar un "porrito" me relaja). La sensación que el adolescente tiene de controlarlo todo.

8) Obsesionados con la sexualidad. Mandan las hormonas en lo físico y en lo psíquico. ¿como nos enfrentamos a ello? Hablando con ellos y ¡no llegando tarde!. No funciona el modo monotemático, sino mantener viva la fuerza de la comunicación, crear un ambiente adecuado cuando ellos cuenten algo. La sensación de control nuevamente. Las campañas institucionales no les sirven, porque ellos no ven la necesidad, no son para ellos. Nuestro problema como padres o el arte de negarse a ver y aceptar la realidad. Protegerles hablándoles como padres más que como "colegas".

9) Búsqueda de la trascendencia. Aprender por asimilación (me identifico con...). Necesitan buscar ideales que se acomoden para dar sentido a su vida, apertura a ideales propios (religiosos, tribus urbanas, ideas políticas...). Aquí los padres corremos el peligro de convertir la experiencia vital en una mera doctrina de conducta. Ellos buscan esa verdad interior.

10) ¡No me quiere acompañar a misa!. En lo religioso, hay que transmitir algo más que el plano social (conductual). Los padres influimos mucho, somos su referencia. Debemos transmitirles la misa como expresión de la fe, donde vivimos el momento de reflexión y contacto con Jesús. La fe es lo que más ayuda a la persona a serlo.

Y, al final...

- Aceptar que tienen su propia vida: el delicado juego del tira y afloja.
- Hacer todo lo que podamos por ellos pero, sabiendo que no todo depende de nosotros, si no que cada uno lo vive de una determinada manera.
- Salir a sembrar. La semilla, echémosla de un modo generoso y abundante. Así nos aseguraremos sus frutos.

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